martes, 27 de noviembre de 2018

Caso Medestec: el eterno “que voy” y “nunca llego”


Hoy me gustaría hablaros del caso en el que se encuentran algunas empresas hoy día en España. Comenzaron realizando una ingeniería de equipos de tecarterapia con la idea de acceder al mercado estético, pero pronto se han encontrado con el cambio de normativa y el endurecimiento de la legislación previsto para el año 2020. Por lo que se van a tener que certificar como equipo médico sí o sí para seguir fabricando. Como bien sabréis, a partir de esa fecha entra en vigor el endurecimiento de la normativa sanitaria en materia de equipos médicos y el paso de los equipos estéticos a equipos sanitarios no médicos. Esta medida intenta regular también el sector de los equipos estéticos, que estaban en un cierto limbo legal, dejando desprotegidos a los usuarios de estos servicios.

Convertirse en fabricante sanitario es complejo y lleva su proceso y su tiempo. El problema es cuando te dicen una cosa por venderte un cacharro y luego resulta que la realidad es otra. Esto es lo que he detectado con el caso de la empresa Medestec, una empresa catalana formada por ex comerciales de otra empresa del sector, Indiba, que también desean introducirse en el sector sanitario. Medestec es fabricante de equipos estéticos. Sin embargo, desde hace ya unos años (¿?), comercializa equipos con finalidades médicas. Indican que tienen ya los registros sanitarios, cuando realmente no es así. Si les pides el Certificado Médico CE, te mandan los documentos que muestran que han realizado unos tests de laboratorio. Pero, ¿es eso lo que necesito como para tener constancia de que se trata de un equipo médico que voy a poder usar como fisio con todas las de la ley? No. Ciertamente, eso no es así. Se trata de un equipo electrodoméstico, no electromédico como debería. De poco sirve que te digan que pronto tendrán el Certificado CE médico. Eso no vale para el equipo que te intentan vender. El Certificado médico CE sólo será válido para los equipos fabricados y vendidos a partir de la fecha de validez de ese certificado. Los producidos en fecha anterior, a pesar de que sean iguales y tengan la misma marca, NO TENDRÁN EL CERTIFICADO CE MÉDICO. Es importante que estos matices los tengamos claros. Cuando nos digan: “Sí, en breve tendremos el Certificado CE médico! Compra el equipo y luego te lo envío!”, nuestra respuesta debería ser: “Perfecto, cuando tengas el Certificado CE médico expedido por un Organismo Notificado, me vuelves a presentar tu equipo. Y te escucharé”.

Pero, ¿qué piensan los comerciales? ¿Qué nos pueden torear como a marionetas? Chato, que al final soy yo quien paga las cuotas. Así que no me vendas gato por liebre, porque un equipo médico vale una cosa y uno estético vale otra cosa por un motivo. No me metas uno estético a precio de médico con la promesa de convalidación del CE médico, cuando sabes perfectamente que el CE médico no es retroactivo y que el equipo que te compre va a ser anterior a la fecha de entrada en vigor. Esta forma de “quiero y no puedo” obedece a una necesidad de generar ingresos, de obtener ventas; pero entonces explícame las cosas claras y no me engañes. Y entonces, en esos términos, decido yo. Yo decido si me arriesgo a comprar tu equipo o no se ajusta a mis necesidades o exigencias. Pero no me tomes por primo. Ya nos toman bastante el pelo los políticos, los impuestos y ahora, la subida del carné de autónomos como para que encima tenga que aguantar mentiras comerciales.




lunes, 26 de noviembre de 2018

Los dispositivos intracavitarios en tecarterapia


Dentro de los accesorios predestinados a su uso intracavitario en suelo pélvico, tenemos una segunda opción terapéutica: los dispositivos intracavitarios. En este segundo caso, el dispositivo se caracteriza en primer lugar porque genera una comunicación BIDIRECCIONAL con el paciente. Es decir, emite una información y recibe una información. Este detalle es muy interesante para el profesional porque le abre un mundo de posibilidades. El tener la posibilidad de actuar tanto sobre la emisión como la recepción hace en primer lugar que se pueda tener un control muy alto del desarrollo de la sesión. El profesional podrá programar la potencia que desea aplicar o la temperatura diana terapéutica a la que desea llegar para lograr su objetivo.

Y el dispositivo transferirá esas órdenes en mandatos ejecutados. Por ejemplo, si el objetivo terapéutico es llegar a los 41ºC para estimular la síntesis del colágeno, el fisio podrá programar esa temperatura en el equipo para que el dispositivo transfiera la suficiente cantidad de energía que permita llegar a esa diana terapéutica. Eso es muy importante. Este detalle permite aprovechar la entrega energética al máximo, pudiendo disponer de un rango de control del cero al 100% de la energía prevista por la máquina (y no escasamente a un 20% a la que estábamos limitados en la primera opción, la de las sondas). Por este motivo, el dispositivo intracavitario es un accesorio “inteligente” que permite fijar un objetivo terapéutico y llegar a él. En segundo lugar, es importante observar también que este dispositivo tiene dos elementos de emisión de energía: uno distal y otro proximal. Esta división hace que el paciente pueda disponer de dos entregas energéticas diferenciadas de energía durante el tratamiento. Este hecho es especialmente importante porque permite llegar a la diana terapéutica en el fondo de saco, sin quemar en la zona proximal del introito. Consecuentemente, se obtiene un mayor resultado terapéutico ya desde la primera sesión. El tratamiento está más medido, mejor dimensionado y acomodado a las necesidades del paciente.

Los dispositivos intracavitarios son objetos que han sido diseñados a su vez para su aplicación específica en el suelo pélvico. Esto hace que sean objetos que tienen una forma adecuada y pensada en su diseño para su aplicación intracavitaria. De hecho, ni su forma ni su tamaño son casuales e intentan reproducir la forma de un dedo humano con el que se realizan habitualmente los tactos diagnósticos. El fisioterapeuta especializado en suelo pélvico sostiene en su mano el dispositivo intracavitario y puede ver en él una misma extensión de su mano deslizándose en los puntos dolorosos intravaginales e intraanales. 

El profesional puede presionar manualmente sobre los puntos dolorosos, o trigger points, hasta desactivarlos gracias a la fusión de la temperatura alcanzada y a la presión ejercida por su práctica manual. Puede aplicar el dispositivo realizando las manipulaciones oportunas de deslizamiento, pulsión, contracción o amasamiento que estime necesario en cualquiera de las posibles patologías del suelo pélvico que desee tratar. Durante el proceso, él podrá observar cómo varía la temperatura según los parámetros del paciente, y podrá decidir si aplicará más potencia o reducirá la existente según cómo vaya evolucionando la sesión. En el caso de que haya una subida excesiva de temperatura, el profesional podrá reducir la sensación de calor al instante para evitar cualquier posibilidad de quemadura. El hecho de disponer también de un accesorio inteligente es importante por otro motivo: el profesional puede ver qué cantidad de energía entregada se realiza durante la sesión. Al ser un diálogo bidireccional, no un monólogo, ya no sólo podrá programar la temperatura a la que queremos que el equipo trabaje, sino además podrá tener como feedback la cantidad de energía entregada a lo largo del tratamiento. Gracias a este dato, el fisio podrá evaluar qué cantidad de energía es necesaria para obtener una determinada eficacia terapéutica durante un tratamiento.

El sistema de DIÁLOGO del equipo es también importante por otro motivo. En el caso de que el equipo tenga opciones avanzadas, como la selección de frecuencia, el dispositivo intracavitario ayudará a determinar qué frecuencia es la más adecuada para el tratamiento intrapélvico. Un visor nos dará la información que confirmará qué frecuencia es la que permitirá obtener el mayor beneficio terapéutico en una sesión, que puede incluso cambiar si se modifican los parámetros bioeléctricos del paciente durante el transcurso de la sesión.

Un último detalle a tener en cuenta es que la complejidad tecnológica del dispositivo frente a la sonda intracavitaria hace que el dispositivo tenga otra medida de higiene en su uso con pacientes. En lugar de disponer de una sonda por paciente, el dispositivo intracavitario se utiliza con un cubresondas que se ajusta adecuadamente al accesorio antes de su uso. Este cubresondas está realizado con un material adecuado para transferir la energía al cuerpo del paciente, y se desecha tras su aplicación. Esto hace que un cubresondas sea el único consumible al que debe afrontar el profesional en la explotación de esta tecnología intracavitaria. Si bien es cierto que el dispositivo intracavitario tiene un coste superior de compra (también consecuencia de su superioridad tecnológica), el coste del consumible por sesión se reduce drásticamente al ser sólo una funda higiénica, de coste muy inferior a la sonda monopaciente.

Conocer la tecnología nos da la posibilidad de opinar y escoger mejor. Mientras que ambas tecnologías tengan el Certificado CE médico, tanto una opción como la otra son opciones viables y disponibles en el mercado a día de hoy. Por esto, debemos conocer ambas y valorar qué tipo de aplicación nos interesa realizar: si queremos optar por una sonda o por un dispositivo intracavitario.

Vuestra opinión es importante. ¿Habéis probado una u otra? ¿Sois usuarios de sondas intracavitarias? ¿Y de dispositivos intracavitarios? ¿Por qué habéis escogido una u otra? ¿Decidís vuestra compra sólo por precio o por la eficacia? ¿Tenéis en cuenta el precio de los consumibles? ¿Qué equipo creéis que es más rentable? Compartid vuestras experiencias! Mandadme vuestros comentarios y los publico en mi blog.



domingo, 25 de noviembre de 2018

Las sondas intracavitarias para tecarterapia


Los tratamientos íntimos parecen haber inundado nuestra sociedad en los últimos tiempos. Cuesta recordar la época en la que los lubricantes, los preservativos, y las compresas antiorina no se anunciaban en la televisión. Nos hemos acostumbrado a ver estos productos, que no hace tantos años hubieran sido tabú, en las televisiones nacionales y autonómicas. Por esto, no nos sorprende tanto el gran auge que ha tenido la terapia de suelo pélvico en las clínicas de fisioterapia. Primero fueron los hipopresivos, ayudando a recuperar la línea tras el parto. Después, los dispositivos de tecarterapia intracavitarios. Hoy voy a parar mi atención en este tema. Estoy muy contento que se haya encontrado un método de tratamiento para patologías como la incontinencia urinaria, el dolor pélvico crónico o la atrofia vaginal que hace unos años hubieran tenido sólo como alternativa el paso por el quirófano. Ahora, podemos asistir al nacimiento de técnicas mucho más dulces y progresivas que prometen ayudar más a los pacientes que padecen estas patologías.

Hoy me voy a centrar en las sondas intracavitarias para tecarterapia. Pero, qué es una sonda? Es un objeto que tiene una determinada forma para realizar una determinada función dentro de una cavidad humana. Por ejemplo, una sonda intracavitaria es un trozo de metal que se inserta en la cavidad vaginal de la paciente, o en la cavidad anal del varón para transferir la energía que proyecta el dispositivo con un fin terapéutico. Normalmente, en patología crónica, el profesional dimensiona la dosificación para que el paciente tenga una ligera sensación de calor. En cambio, cuando la patología es aguda, la dosificación es menor y el paciente no tiene sensación térmica.

Que existan ya estas sondas es un gran avance. La mucosa que recubre los canales vaginales y anales es un tejido muy sensible y no obedece a las mismas leyes físicas que la piel. Por esto, que la sonda esté bien diseñada es muy importante para lograr su objetivo terapéutico. Para comprender mejor la película, tenéis que visualizar que tenemos tres elementos en el dibujo: en primer lugar, la sonda intravitaria que se introduce en la vagina de la paciente, por ejemplo; en segundo lugar, el elemento referido, que acostumbra a ser una placa que se sitúa en la región lumbar del paciente; y en tercer lugar, el equipo generador de radiofrecuencia o tecarterapia, que será el responsable de emitir dicha energía a la sonda dentro de la cavidad, que ésta viaje a través del cuerpo del paciente y luego regrese nuevamente al dispositivo por la placa pasiva situada en las lumbares. ¿Os lo imagináis? Así se genera un campo electromagnético que aporta su beneficio al paciente en toda la extensión del área donde recibe tratamiento. El tejido por el que fluye el campo electromagnético se irriga de oxígeno, de nutrientes, de sangre, de neuropéptidos, de neurotransmisores, que transportan sustancias de reparación a los tejidos dañados y aceleran su reparación. Parece casi como magia.

Las sondas de tecarterapia suelen ser unipersonales y se acoplan a un cabezal para el que han sido diseñadas. Es importante que cada paciente tenga la suya propia para garantizar al máximo la higiene y evitar el riesgo de transmisión de cualquier tipo de enfermedad. Es importante tener en cuenta que una sonda es un elemento sólo emisor, por lo que se diferencia de los dispositivos intracavitarios en el hecho de que la información que emiten sólo va en una dirección: esto es, del equipo al paciente. Al ser sólo un elemento emisor, no pueden recoger información del paciente como la temperatura. Es decir, para explicarlo de forma más gráfica, se diría que sostienen un MONÓLOGO, siempre desde el equipo a la sonda, acabando en el paciente como último en la cadena. Esto hace que su aplicación sea mucho más limitada y restrictiva.

Al ser un accesorio “tonto”, que no tiene un elemento interno de control, esta sonda debe ser aplicada con la máxima precaución. No por algo nos podemos encontrar que los fabricantes de este tipo de artilugios propongan dentro de su protocolo terapéutico aplicar sólo un 20% de la potencia máxima del aparato como máximo. Esto parece curioso, porque ¿para qué tener un aparato cuando sólo puedo aplicar un 20%? Y, ¿qué hago con el 80% restante? Pero bueno, eso es otro cantar que lo abordaremos en otro post. La cuestión es que muy seguro no puede ser cuando sólo se nos informa que lo apliquemos a un quinto de la potencia disponible. El profesional seleccionará un valor de entre uno al 20% de la potencia de la máquina y seguirá atento a la evolución del incremento de temperatura en el paciente a lo largo de los 15 minutos siguientes. No puede hacer mucho más. No sabe ni la temperatura a la que está sometiendo los tejidos ni si está llegando eficazmente al punto de la cavidad a donde debiera. Por si acaso, es mejor no subir mucho, no vaya ser que quememos. La eficacia terapéutica pasa a un segundo plano, sencillamente porque no se puede tener en cuenta. No importa que se llegue a los 37ºC o a los 40ºC, ya que eso no lo vas a poder controlar. Todo depende del paciente y de cómo vaya reaccionando. Tampoco podremos subir mucho la potencia a pesar de que sea conveniente llegar en el interior de la cavidad a temperaturas superiores. El motivo es que el paciente no lo va a aguantar. Si nos interesa llegar a los 41ºC en el fondo de saco, es muy probable que el paciente no lo soporte en el introito. Esta zona es más sensible, por tener más terminaciones nerviosas. Por lo que habrá que adaptar el tratamiento a la sensación del paciente, dejando un poco de lado la eficacia.

Otra cosa curiosa es la forma de aplicación. La aplicación de las sondas intracavitarias es estática. Se alojan en la cavidad y se dejan ahí. ¿Os habéis preguntado alguna vez el por qué? Realmente es porque ejercer masaje simultáneamente quemaría ineludiblemente al paciente. Variaría la distribución de energía que se proyecta desde el electrodo a la mucosa y eso podría producir concentraciones indeseadas de energía. Por esto, debemos aclarar que el foco terapéutico de las sondas intracavitarias es eminentemente el paso de la energía electromagnética y del calor dentro del canal vaginal o anal. Nada más. No se produce más beneficio que el exclusivo generado por el equipo de diatermia. Esto es importante tenerlo en cuenta porque esto describe a este tipo de terapia intracavitaria uroginecológica, pero no se puede decir que es la exclusiva que existe en el mercado en la actualidad. Recordemos que la sonda intracavitaria es un electrodo “tonto”, con escasas medidas de seguridad que concentra su eficacia en el aumento de temperatura que genera localmente cuando se aloja de forma estática en una cavidad. Si bien el efecto es importante, muchas veces no es suficiente. Qué duda cabe que, como fisios, tenemos que interactuar con las estructuras, movilizar con tracciones, elongaciones y manipulaciones las diferentes fascias y estructuras para obtener los mejores resultados. Para ello, muchas veces se complementa el tratamiento con tactos vaginales y movilizaciones una vez concluida la aplicación.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Fraude en tecarterapia, un caso de flagrante de desfachatez




¡Hola mundo!

Si bien se dice que “mal de muchos, consuelo de tontos”, estos días me siento inspirado porque parece que los chorizos en España empiezan a ir dónde les corresponde. Y no es colgado de la pared de la cocina, lo que a muchos nos gustaría, sino a otra clase de chorizos. En este caso, a los que han saqueado las cuentas públicas y han cometido fraudes por los que, por lo que parece, van a empezar a pagar. No os imagináis lo que me alegro y lo necesario que es, para poder tener al menos la percepción de que vivimos en un estado de derecho. Ahora que Rodrigo Rato entra en prisión por el caso de las tarjetas Black, los ex presidentes andaluces parece que van por el mismo camino por los ERE de Andalucía y que incluso a Rodríguez Zapatero se le acusa que consentir un desvío de Dios sabe cuántos miles de millones de Euros hacia los sindicatos asturianos, yo me centro en lo que sé, que para algo soy Fisio. Espero que la misma limpieza que se da en otras esferas sociales cuando se cometa un delito, podamos vivenciarlo también en nuestro día a día más próximo, que es el que nos afecta directamente.

Hoy os voy a hablar de un caso flagrante de desfachatez. Si bien os he hablado ya de distribuidores que falsifican los CE médicos con indicaciones inventadas, haciéndose pasar por fabricantes, y que secuestran y modifican el manual del usuario del fabricante origina, úsese Winback, y si bien os he hablado de distribuidores que hacen manualidades para inventarse sus propios accesorios intracavitarios, que no los hace ni el propio fabricante, asease Indesa y Helios, hoy os voy a hablar de los más piratas de todos. Es decir, empresas que ya de por sí no tienen ni lo básico: el CE médico. En los casos anteriores, aún sabiendo que no lo hacen bien, como poco cogen un dispositivo de entrada que tiene como mínimo un Certificado CE médico, aunque no sea después el que respalde las indicaciones para las que lo están vendiendo. Pero es que el caso de hoy ¡ni siquiera tienen el CE médico! Alucino. ¿Cómo puede haber todavía una empresa que venda sus equipos con indicaciones de curar o aliviar un dolor o una lesión y no tenga ni tan siquiera la supervisión de un Organismo Notificado? Pues sí, señores. Existe. Y no sólo hay una, sino que he descubierto varias. Vamos a por ellas:

1.     Biotronic
2.     R200
3.     Vossman-Millesman
4.     Termiadeep
Realmente, aquí estamos hablando de otros tres fabricantes, porque si os fijáis, el número 2, R200, el número 3, Vossman-Millesman, y el número 4, Termiadeep, son la misma máquina. Eso sí, le cambian la carátula.

En cualquier caso, en todos ellos se detallan las aplicaciones de fisioterapia y las de uroginecología de mil amores, haciendo mención expresa de que no es necesario el marcado CE médico para aplicar estos equipos. ¡Si el comercial nos lo dice! ¿Por qué deberíamos de ponerlo en duda? Pues sí, chicos: dudad. Que os están tomando por pringaos. Los equipos que sean para tratamiento de fisioterapia deben obligatoriamente tener el marcado CE en sus equipos.

Lo curioso de la historia es que, por lo menos los que hacen R200-Vossman-Termiadeep, deben saber que están haciendo algo irregular, porque tienen webs opacas donde es difícil identificar tanto dónde están como quién está detrás. A partir de ahora, para comprar una máquina, vamos a tener que hacer un curso de detective privado. Si bien es cierto que nunca es malo saber qué tenemos que hacer para tener las máximas garantías de que la empresa que se anuncia por internet es legal, que tiene perspectivas de seguir mañana ahí (por el bien de poder arreglar tu máquina si se estropea, más que nada), y que no te están tomando el pelo. Para tener las máximas garantías, mirad los datos de la empresa que figure en los términos legales, verificad que se encuentra en la dirección que detalla y que es una empresa que existe. Dicho esto, os dejo las páginas web de las susodichas, porque no quiero entrar en detalle sobre el fraude que hacen, ya que de salida SON TOTALMENTE UN FRAUDE. Y exponen a nuestros pacientes de forma peligrosa en primer lugar y a nosotros en segundo lugar por la responsabilidad en la que incurrimos por aplicarlas sin un CE médico. ¿Sabéis que el seguro no os cubre ante cualquier denuncia si no tu dispositivo no tiene un CE médico válido? Pues con éstas, ni en músculo esquelético ni en urogine ni en nada relacionado con la terapia. Y yo me pregunto: ¿cómo puede la AEMPS permitir esto? Realmente no lo sé. Pero si al menos esta información sirve para prevenir a algún desangelado de caer en las redes de esta mafia, bienvenido habrá sido este esfuerzo:


Recopilación de links para vuestro uso y disfrute:












Ejemplo de accesorios intracavitarios en equipo que ni tan siquiera tiene el CE médico.







jueves, 8 de noviembre de 2018

Decálogo del timador de tecarterapia




Hello everyone!

Hoy quiero hablaros de los 10 argumentos que utilizan habitualmente los vendedores de equipos de tecarterapia para llevarnos al huerto. Me he decidido a escribir sobre esto porque me parece poco más que curioso que todos dicen lo mismo. Vamos a conocerlos!

1.     “No es necesario que tenga el CE médico para tratar músculos y dolor. Igual que tratas la cara para estética, puedes tratar la espalda o una articulación”.
a.     “No te preocupes! Puedes tratar a tus pacientes perfectamente con este equipo. ¿Para qué quieres el Certificado médico CE, si no es necesario? Te vale con el Certificado CE normal y vas más que servida. MENTIRA: Para realizar un acto terapéutico (tratar el dolor, una contractura muscular y curar) es necesario que el dispositivo tenga un Certificado CE médico.
2.      “Claro que tenemos el Certificado CE médico! Ahora mismo te envío los documentos de laboratorio”
a.     Tener los documentos que demuestran que se han realizado los tests de seguridad eléctrica y compatibilidad electromagnética NO ES LO MISMO que tener el Certificado Médico CE. Se puede decir que esos tests son necesarios (de hecho, son obligatorios para obtenerlo). Pero no sustituyen al documento en concreto que DEBE EMITIR el Organismo Notificado y que se conoce con el nombre de Certificado Médico CE. Que no te den gato por liebre. Los documentos de pruebas de laboratorio, aunque estén realizados por el mismo Organismo Notificado que sea el emisor del Certificado CE médico NO son el Certificado en sí.
3.      “No tenemos el CE médico todavía. Pero pronto lo tendremos!”
a.     Si quien te ofrece un dispositivo como médico cuando todavía no lo es, te está engañando. El equipo que compres no estará protegido por el futuro Certificado CE médico, porque su validez no es retroactiva. Esto quiere decir que tú comprarás un dispositivo estético, que no podrás hacer servir para indicaciones médicas, aunque esa misma empresa luego se certifique y obtenga ese Certificado con respaldo médico. El Certificado CE médico no tiene efecto retroactivo. Por lo que te cabrearás como un mono porque te habrán vendido un equipo estético a precio de médico que después te lo tendrás que comer con patatas si quieres hacer aplicaciones de fisioterapia. Tenlo en cuenta. Eso da mucha rabia.
4.     “No importa que el equipo esté certificado CE médico para musculoesquelético. Si quieres, lo puedes usar también para tratamientos de suelo pélvico intracavitario. Tenemos un accesorio que lo puedes comprar aparte y que te permitirá aprovecharlo también para tratamientos íntimos”.
a.     Mentira: Si el equipo no está certificado por el fabricante para tratamientos intracavitarios, el profesional no lo puede usar para tal fin. Si te das cuenta, ese accesorio interno no suele estar en la web del fabricante del equipo. Incluso te puedes encontrar que pidas una lista de accesorios y te la faciliten sin datos de contacto. Curioso, verdad? Te entregan todo con logo y publicidad en todo menos cuando llega a la lista de los accesorios intracavitarios, o cualquier otro accesorio sospechoso. ¿No te has planteado nunca porque el vendedor no te entrega un documento con sus datos? Seguramente, porque es consciente de estar cometiendo una ilegalidad y ese documento le incrimina. Desconfía cuando te enseñen o den información adicional que no esté debidamente identificada. Seguramente hay un motivo oculto por parte de quien lo hizo. Y normalmente no acostumbra a ser bueno para ti.
5.     "Con mi equipo podrás hacer muchos tratamientos. Ves cuántos accesorios tiene? Verás que es muy completo. Sobre todo con los manguitos, porque puedes seguir teniendo el tacto con el paciente y transmitir la corriente a la vez”.
a.     Cuando un equipo tiene muchos accesorios, esto quiere decir que el fabricante debe tener un fuerte equipo de investigación y desarrollo para poder certificarlos. Sin embargo, esto no suele ser así, ya que muchos fabricantes extranjeros, especialmente coreanos e italianos, no han desarrollado estos accesorios ni los han incluido en sus Certificados Médicos CE. Incluir nuevos accesorios e indicaciones no es tan sencillo porque se deben justificar adecuadamente. Por esto, desconfía de un vendedor que te diga que su aparato tiene muchos accesorios. Lo más probable es que no lo estén y haya sido él mismo quien los haya enganchado al equipo. Por ejemplo, hay accesorios que podrían ser potencialmente peligrosos para el fisioterapeuta en su aplicación. Los manguitos que hacen que la energía fluya a través de las manos del fisio al paciente podrían dañar al fisio durante la aplicación de la terapia. Se han registrado temperaturas de hasta 42ºC en las muñecas de estas personas cuando realizaban el tratamiento. Por ello, un Organismo Notificado no es probable que acepte acreditar y respaldar este tipo de accesorios por la posibilidad de riesgo existente para el operador. Está claro que esto no te lo dirán. Pero te podrías exponer a una denuncia por parte de un paciente descontento, o incluso de un trabajador que argumente que usar ese accesorio durante su jornada laboral en tu centro puede ser un riesgo laboral. ¡Y lo fuerte es que tendría razón! Así que prepárate para lo que te puede venir. Sólo acepta accesorios e indicaciones clínicas cuyo CE médico te puedan demostrar que ha sido aprobado por un Organismo Notificado. Si no, no vale.
6.     “Nuestro equipo lo usa Pau Gasol y Cristiano Ronaldo. ¿No vas a dar a tus pacientes el mismo tratamiento?
a.     Que una celebrity use el equipo que te ofrecen no es ninguna garantía de que cumpla la normativa vigente. Seguramente la celebrity está tan engañada como tú y no sabe a lo que se expone. La diferencia es que si una persona acepta el tratamiento para su uso personal, está en su decisión. Tú, en cambio, si lo aplicas en tus pacientes, podrías tener una sorpresa. En caso de denuncia, el no tener CE médico te deja con el “culo al aire”, por mucha celebrity que lo use.
7.     “No pasa nada que nuestra sonda intracavitaria no esté certificada. Tú di que es para estética y haz tratamientos de incontinencia”.
8.     “Luego te envío los documentos que me pides”
a.     Muchas veces, el vendedor te dice que te envía el Certificado CE médico más tarde, o más adelante. O incluso después de comprar el equipo. Eso es ilegal. Tú estás en tu derecho de disponer de esa documentación antes. Si ves que se hacen el remolón o te ponen excusas, desconfía.
9.     “Claro que tenemos el Certificado CE Médico! Ahora te lo envío!”
a.     Y recibes un documento que pone DECLARACIÓN DE CONFORMIDAD CE, que se ha autorredactado el mismo fabricante y que tiene una ristra de normas que se supone que cumple. Eso no es el Certificado CE médico. Desconfía.
10.  “Tienes que decidirte ya a la oferta que te he hecho. Piensa que tienes un descuento muy importante! Debes darme una respuesta mañana”.
a.     Desconfía cuando hay bajadas de precio muy fuertes, y te ponen un plazo temporal corto para decidirte. Esto es un truco comercial y puede esconder algún interés oculto por parte del vendedor. Los equipos médicos que cumplen con la normativa ISO13485 tienen que asumir unos costes altos para garantizar la calidad de los mismos y difícilmente se pueden exponer a cambios muy altos de precio de un día a otro. Cuando el descuento comercial que te ofrezcan supere el 10% del valor del producto, ten cuidado. Los dispositivos médicos no cambian de precio de un día para otro. No sería raro ver que la empresa desapareciera después de liquidar todo su stock, y eso te dejaría sin la asistencia técnica para tu equipo. Ten presente que nadie da duros a cuatro pesetas, por lo que estudia a tu proveedor antes de depositar tu confianza y tu dinero en él. A veces, las objeciones de la falta del Certificado CE médico se compensan con un beneficio económico. Analiza conscientemente si te merece la pena.
Pues bien, creo que estos diez puntos son de ayuda para entender qué puedes escuchar como discurso comercial la próxima vez que le abras la puerta a un vendedor. No estoy diciendo que no des un voto de confianza a tu proveedor, sea éste habitual o no. De hecho, incluso tu proveedor habitual puede estar engañándote también, con o sin conocimiento de causa! Por lo que no te fíes. 

Identifica estos argumentos en el discurso comercial que te vendan y estate preparado para interpretar lo que necesitas contra-argumentar. Si descubres más pistas, escríbeme y las publico. Entre todos, lo haremos posible. Apostemos por una tecnología de calidad sin engaños. Y hagamos que los vendedores nos dejen de ver como carne de cañón, que nos cuesta mucho ganarnos las habichuelas y no nos gusta que nos tomen de pringaos. ¡Sepamos reaccionar ante el abuso!

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Érase una vez un distribuidor



¡Hola peña!

Hoy os voy a hablar de dos casos similares. Érase una vez un distribuidor que, viendo cómo el mercado solicitaba un equipo de diatermia con aplicaciones intracavitarias, se dijo: “¡Pues si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma!”. Y dicho y hecho. Teniendo en su portafolio un equipo de diatermia certificado para fines músculo esqueléticos, ¿por qué iba a ser acaso el tonto que perdiera esta oportunidad? Ni corto ni perezoso, le pregunta al fabricante del cacharrito: “Abuelita, abuelita: me podrías hacer un electrodo intracavitario certificado para usarlo en aplicaciones intracavitarias de suelo pélvico? Verás: es que en España somos más chulos que nadie y queremos introducir ese aparatito para tratar problemas en las vías bajas”. “NO puedo”, dijo el fabricante. “Me piden que haga una ingeniería que me permita justificar que este artilugio funciona y es seguro. Y además tengo que demostrar que hace lo que me pides. Uff… eso cuesta mucho. Y teniendo en cuenta que te vendo el aparato baratito, no me justifica entrar a este fregao. Lo siento. No puedo hacerlo”, concluye el fabricante.

Pues buena se la han hecho al distribuidor. ¿Qué puede hacer el pobrecito? Ve que su encanto ya no es suficiente para convencer, y que la gente pide cada vez más esta opción. Pues, ¡eureka! Ya tengo la solución! Por algo soy español y a mí nadie me gana en picaresca, que ya desde tiempos de Quevedo se nos conocía por eso en el mundo entero. ¡Pues me lo hago yo!

El distribuidor se da cuenta que no es tan complicado. “Es sólo poner una barra metálica, meterla en un mango y enchufarla al cacharro en cuestión. ¡Con lo fácil que es eso, no entiendo por qué el fabricante no ha querido hacerlo! Menudo tonto. Ya he encontrado la solución a mis problemas de dinero y con esto me forro”, piensa emocionado. Ni corto ni perezoso, se encamina a la ferretería y encuentra una barrita que, casualmente encaja en el mango. “¡No me lo puedo creer! Hoy es mi día de suerte”, se dice a sí mismo contento. “Y, en cualquier caso, si esto no funcionara, le encargo a ese amiguete que me haga un puntal un poco más elaborado, y santas pascuas”.

Aquí os dejo la barra metálica que se ha autofabricado Helios para insertarla en el portaelectrodos del aparato que ya comercializaban y que donde se alojan los electrodos capacitivos o resistivos. El distribuidor tiene razón: es sencillo. Pa´ lo que es y la que monta el Organismo Notificado. Realmente, exageran! Gracias a Dios que yo tengo inventiva y soluciono tos los problemas.



Aquí os dejo por el contrario el accesorio que se ha inventado INDESA, para hacer la misma operación, pero en esta ocasión con el equipo Lavatron.



Pues bien: así es la vida del distribuidor que comercializa un equipo sin Certificado CE médico. Se “inventa” un electrodo que ni el fabricante quiere hacer, porque el profesional que lo compra NI SE ENTERA. “Son tontos”, se suele decir a sí mismo para tranquilizarse habitualmente. Todavía no he tenido una reclamación al respecto en todo este tiempo que llevo con el chanchullo. Realmente tengo un campo de cultivo bueno en el sector de los fisios, porque sólo basta que convenza al fisio líder, al amiguete de turno, para que las ventas me vayan cayendo en cadena. Y como si piden el certificado médico CE del equipo, les enseño el certificado CE músculo esquelético, estoy cubierto por si cualquier cosa. A nadie le va a importar si el equipo ha pasado las pruebas de laboratorio que hace el organismo notificado cuando aprueba su puesta en el mercado. Y tampoco nadie me pide responsabilidad por si el accesorio intracavitario que me he inventado es seguro conectado al equipo o no. Nadie se ha muerto todavía, por lo que mientras que no haya una denuncia grave, yo voy haciendo “clin clin” en la caja registradora.

Así que, estimados lectores, así es. Colorín colorado. Así es como nos toman el pelo a los pardillos de los fisios. Uno tras otro vamos cayendo en el bote. Todos, ala! A comprar aparatitos porque lo tiene fulanito o menganito, pero ni Cristo sabe por qué. Y ni tan siquiera si obedecen las normativas por las que nosotros nos jugamos el cuello después. ¿Pero estamos de güasa? ¿Cómo es que no nos damos cuenta de que nos están timando a la descarada?

Os comparto los indicios que me han llevado a pensar así. Y además, para que veáis que me mojo, voy a daros dos ejemplos que encajan con este perfil. Uno es Lavatron, que comercializa un equipo coreano de la empresa Sometech. El otro es Helios, que comercializa un equipo italiano de la empresa Golden Star.

Los 5 indicios que te deben de hacer sospechar:

1.     Las indicaciones clínicas no están identificadas en su Certificado Médico CE. Te explicarán que no es necesario tenerlas, pero la normativa más actualizada obliga a poner las indicaciones clínicas para las que ese dispositivo esté indicado. Si no están descritas, solicita algún documento oficial EMITIDO POR EL ORGANISMO NOTIFICADO QUE AUDITE AL FABRICANTE (no al distribuidor), para que te las corrobore. En los ejemplos que he puesto, habría que pedirle a la empresa SOMETECH, de Corea, y a la empresa GOLDEN STAR, de Italia, que aportara dicho documento especificando estas indicaciones.

2.    Los accesorios certificados y aprobados acostumbran a estar en la web del fabricante. Como es el fabricante el depositario del Certificado CE médico, normalmente se muestra orgulloso de los accesorios e indicaciones que ha conseguido acreditar por el Organismo Notificado. Si no están en su página web, uy uy uy…. Esto pinto mal. Yo antes de hacer ninguna manifestación, me he ido a la página web de ambos fabricantes y me he molestado en buscar las indicaciones de suelo pélvico y los accesorios. Mira que he rebuscado, pero no los he encontrado. Aquí empieza ya a oler mal. Para que podáis comprobarlo vosotros mismos, os dejo los links de dichos fabricantes:
a.     Lavatron de Sometech, comercializado por la empresa INDESA: www.sometech.com.
Documento del Certificado CE médico de la empresa SOMETECH, fabricante de Lavatron.



a.     FisioWarm de Golden Star, comercializado por la empresa HELIOS:

2.     http://www.helioselectromedicina.com/diatermia
4.     https://www.fisiowarm.com/en/gallery-en/


5.     Los accesorios intracavitarios no figuran en los catálogos. Y a veces no están ni tan siquiera en las páginas web. Esto también debe resultar curioso. ¿O es que acaso no os llama la atención que no te envíen foto del accesorio si no es por un Whatsapp? ¿Es acaso normal que no haya un documento donde se detalle el marcado CE médico junto con una foto de los accesorios intracavitarios? Siguiendo los ejemplos anteriores, INDESA disponía de información de este accesorio en una página web que, uy, un día, sin saber por qué, desapareció. Y en Helios no hay forma que te envíen un catálogo con fotografías de los accesorios intracavitarios, aunque las profesionales que trabajen con ellos no hagan más que explicar lo bien que van estos puntales. ¿No os hace acaso sospechar que hay algo que no cuadra? Venga, señores, que no sé que es peor, que seamos cómplices de este engaño, o tontos por dejarnos engañar sin ponerle lógica al asunto.

Estos indicios son, como poco sospechosos de que algo no se está haciendo del todo bien. Mientras que le tomen el pelo al vecino, pase. Pero cuando ya me lo quieren tomar a mí, como que no. ¿Qué valor van a tener estos equipos cuando los quiera vender cuando Sanidad los retire del mercado? ¿Acaso puedo perder un 80% de su valor sólo porque sean falsos? La cosa es más grave de lo que parece porque seguramente que vosotros conocéis a más de un fisio que se ha comprado estos equipos u otros que puedan estar cometiendo el mismo tipo de imprudencias. ¿Os habéis planteado también qué garantías de seguridad podéis ofrecer a vuestros pacientes cuando les pongáis ese accesorio, si sólo pensáis que lo han ensamblado en un garaje? ¿Podéis garantizar a vuestros pacientes que no va a pasar nada? Claro que así se entiende que en las formaciones te informen de que no puedes trabajar a más del 20%, Mejor es que el equipo no haga nada y que la señora se vaya “creyendo” que la has tratado, que arriesgarse a poner más y que se queme. ¡Eso es una denuncia segura! Como poco, si no le hace nada, ya la tengo abonada para otras cinco sesiones.

Y, ¿os habéis parado a pensar por qué el comercializador se arriesga a hacer esta ilegalidad? ¿Os habéis planteado alguna vez cuánto dinero estará ganando como para plantearse que es más conveniente pagar la multa, en caso de que se diera, que hacer las cosas bien? Chatos, seamos claros: hay que poner en una balanza el coste y el beneficio. Y si me entran más habichuelas de las que salen, pues que salga el sol por Antequera. Que cuando me pillen, ya veré qué hago. ¡Estamos en España! Hay soluciones pá to! Pues cierro una empresa y abro otra con otro nombre. Arreglados! Para que digan que en la vida no hay solución para todo. Cuántas veces hemos visto esta situación. Que cierra una empresa, y abre con otro nombre. El mismo perro con distinto collar. Y a seguir clin clin, con la caja registradora, a seguir timando a la peña.

Pues bien, chicos: aunque parezca increíble, éste es el escenario actual. Por favor, no os pido que me creáis, sino que lo comprobéis vosotros mismos. Una tarde de lluvia que no sepáis qué hacer, molestaros, eso, MOLESTAROS, en meteros en los links que os he puesto en este blog. Y verificad lo que os he escrito. He puesto MOLESTAROS en mayúscula porque aquí hay una cuestión de responsabilidad personal. Tenemos que esforzarnos en aprender y comprender, no sólo ya técnicas y manipulaciones, sino también el marco legal de la tecnología en la que nos movemos. Basta ya que nos saquen cantidades ingentes de dinero, que cuesta mucho ganar, para pagar aparatos, que ya sea por moda o porque funcionan, nos piden nuestros pacientes. Y que nosotros, cual ovejas que van al matadero, compramos pagando oro lo que no vale ni latón. He ahí el timo de la estampita. Que yo pienso que si algo justifica pagarlo, se paga. Que imagino que estos fabricantes que no quieren sacar estos Certificados Médicos CE de estos accesorios intracavitarios no lo harán porque cuesta dinero, digo yo, que si fuera gratis ya los tendrían “marchando en cocina”. Por ello, comprendo que si hay fabricantes que cumplen todos estos trámites, no es justo tampoco para ellos que se los compare con truhanes que aprovechan el momento, con el famoso “pan para hoy y hambre para mañana”. Así que aplicaros el cuento y subid vuestros comentarios cuando comprobéis todo lo que menciono. Si alguno otro sabe algo más en lo que yo no he caído, os pido que lo compartáis, que así nos ayudamos todos.

¡Paz y Amor!